Las obras salvadoras de Domingo Santa María

Las obras salvadoras de Domingo Santa María

Por Maite Armendáriz, Cultura, El Mercurio

Convencido de que el arte salvará al mundo, este artista autodidacta presenta una selección de su trabajo que revela su vitalidad y autenticidad.
 

Domingo Nico es el nombre con que firma Domingo Santa María su obra. Este artista le roba tiempo a su trabajo diario como agricultor y empresario para pintar, pero sobre todo a las fundaciones de ayuda social donde se desempeña desde que era muy joven.

Bajo la curaduría de Conchita Balmes, una selección de sus obras se presentan hasta el 13 de noviembre en la Galería en Tránsito (Las Condes 9765). “Esta muestra está compuesta por una serie de producciones de carácter espontáneo y fuertemente imaginativo. El lenguaje expresivo de Domingo Nico es completamente libre y en ningún momento se ve limitado por normas culturales tradicionales”, asegura Balmes en la presentación de la exposición.

“Estamos frente a una pintura que refleja la gran sensibilidad del artista hacia los materiales sencillos y cotidianos. Estas obras sin duda son el resultado de impulsos cargados de vitalidad y autenticidad que adquieren su fuerza expresiva a través de la mixtura de medios diversos como lo son el collage , y todo tipo de pinturas, incluyendo las industriales”, agrega Balmes.

Si bien esta muestra individual la define como “mi salida de una zona cómoda y privada”, Santa María ha participado en varias colectivas -en el Galpón de los Vilos y la Casa de Cultura de Panguipulli, por ejemplo- y también atesora experiencias en Europa. Durante sus estudios en Francia (CIRFA-Niza Biot), en 1991, realizó su práctica y tesis en el tema “El arte salvará el mundo”, que le permitió recorrer distintos talleres de artistas.

“Siento que en estos 10 años de vuelta a la pintura, el arte me ha salvado a mí”, asegura el artista. Lo espiritual ronda sus pinturas, confiesa, pero desde una perspectiva más bien crítica. “Desde hace años pinto unos seres de brazos caídos; me impresiona ese momento en el huerto de los olivos en que se llora sangre, minuto de desesperanza total”. Otra imagen que se repite en su obra es la silueta de una iglesia, oscura en su puerta principal, cuenta, pero luminosa y acogedora en una pequeña puerta en su costado. “Es una imagen de esperanza”, señala Santa María.

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